1, 2, 3, 4.
Esa clase de amor qué sólo se da una vez,
que hace bailar al Mundo al ritmo que marcan tus pies.
Sentir, que algo arde dentro de ti.
La pulsera de la suerte que se ahogó en el mar,
se marchó para siempre pero nadie se enteró,
el Sol, el cielo de rojo pintó.
Las olas de este mar tan bellas al brillar
esperan que al final, sonrías,
no vuelvas la vista atrás, sigue adelante.
De los sueños saltaré al huracán.
Esa isla nos traerá la eternidad.
En busca de un cielo sin comienzo ni final.
Las gaviotas heridas se marcharán,
las lágrimas volarán.
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