Siento la suave brisa entre mis manos.
Luciérnagas, brillar, brillar,
míralas volar.
Una nueva sonrisa hay en mi cara hoy.
No puedo evitar saludar
a todo aquel que veo pasar.
Cuando sé que no te volveré a encontrar.
Las lágrimas, las horas junto a ti,
son pasado ya.
Y bueno.
Las lágrimas ya secas borran mi dolor.
Los sueños ocultaba dentro del corazón.
Son ya una absurda preocupación.
Por eso, la tristeza la recibiré sonriendo.
Como si fuera una vieja amiga del ayer.
Porque así te lo prometí.
Incluso cuando el dolor me ahogue seguiré luchando.
No me esconderé nunca de la soledad.
Porque así te lo prometí.
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